domingo, 24 de junio de 2012

victimas de la guerra


La contabilización de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial ha sido objeto de numerosos estudios, que generalmente ofrecen estimaciones de entre 55 y 60 millones de personas fallecidas, elevándose hasta más de 70 millones según los cálculos más pesimistas y de 40 a 45 millones según los más optimistas.
Entre las víctimas mortales se cuentan tanto combatientes y militares como también, y principalmente, población civil, víctima de la propia violencia de los enfrentamientos armados, en especial durante los bombardeos sobre ciudades, pero también como resultado de las particulares circunstancias del conflicto que llevaron a violaciones masivas de los derechos humanos siendo el fenómeno del holocausto su máximo exponente, junto con la deportación y reclusión en campos de concentración, a lo que se añadió la desprotección de los millones de refugiados y desplazados, sometidos a hambrunas y los rigores del clima.
El cálculo se ha visto dificultado por el ocultamiento y cambio de algunas cifras; por ejemplo, Stalin reconoció en 1945 que la URSS tuvo 7 millones de muertos (en la actualidad los cálculos van de 17 a 37 millones de muertos). China, el segundo país con más muertos, tiene problemas para calcular sus pérdidas porque en esos tiempos sufría una guerra civil, de modo que éstas se estiman entre 8 y 30 millones.2 Alemania fue el tercer país más afectado, con cifras estimadas entre 4,5 y 10 millones de pérdidas3 (1,5 millones de civiles por bombardeos aliados).4 Polonia fue el cuarto país con más muertos, entre 3 y 6 millones incluyendo la población judía muerta en el Holocausto. Además hay varias cifras que no han sido incluidas porque se han ocultado deliberadamente de la historia, como la hambruna que la guerra provocó en Bengala y mató de 2 a 4 millones de indios.5 El cálculo más alto habla de hasta 100 millones de muertos.6 Japón tuvo 1,2 millones de soldados y un millón de civiles muertos y 1,4 desaparecidos.

resultados de la Guerra

 los aliados principales E.U y Rusia por sus diferencias obvias de Capitalismo y Comunismo empezaron a chocar en algunos aspectos por lo que se dio la guerra fria , la guerra fria no fue de trincheras o algo asi era una guerra de respeto es decir empezaron una carrera tecnologica , armamentistica los rusos hicieron una gran hazaña el primer hombre en el espacio pero eso no se comparo con el logro del hombre en la luna , creacion digamos de aviones los rusos con los poderosos MIG y los de E.U con los bombarderos B-29 E.U empezo a apoyar a toda america y a europa a europa mandando ayudas para reparar todo lo que favorecio la industria estadounidence en america empezaron a ayudar para evitar que llegaran los comunistas por lo que en Bogotá se creo la OEA ese fue el fin basico de la creacion de la OEA y asi combates tecnologicos, industria, armas , economia pero esta guerra se fue acabando cuando Gorbachov que fue elegido como por asi decirlo el "Presidente de Rusia" pero a mi no me parece que ningun ruso durante esta guerra fue un presidente mas bien un dictador por sus metodos de opresion al igual que en Estados Unidos pero en E.U por su sistema bi-partidista el pueblo los escoge pero pasaban por asi decirlo en un sistema que solo fueran de derecha y en rusia al solo existir un partido el pueblo no decia quien la voz del pueblo no se esucho Gorvachov en los 80so 90s hizo las reformas y acabo con el comunismo en Rusia

Efectos de la guerra

La segunda guerra mundial creó condiciones favorables para el desarrollo de la industria de transformación en México, sobre todo de aquellos productos de consumo masivo, que para su producción no requerían de grandes inversiones ni tecnología avanzada. Históricamente el mercado mexicano dependió en buena medida de la producción industrial norteamericana, que se orientó hacia la producción bélica cuando ese país se vio involucrado directamente en el conflicto a partir de diciembre de 1941; desde ese momento se redujeron de manera sensible las importaciones de bienes de consumo masivo demandados por el mercado interno, al tiempo que aumentaba la demanda de materias primas producidas en México, incluyendo algunos productos manufacturados como textiles alimentos procesados, bebidas, tabaco, y productos químicos, además de reanudar las importaciones de petróleo suspendidas desde la nacionalización de la industria petrolera en marzo de 1938, lo que permitió al país contar con las divisas necesarias para importar insumos necesarios para sus proyectos de industrialización. El período que comenzaba abundó en oportunidades con muy poco riesgo para el sector comercial y manufacturero para producir, tanto para el mercado mundial como para el doméstico, hambriento de artículos de todas clases, así como para proveer al gobierno en términos que casi invariablemente rendían grandes utilidades y ocasionaban pocas preocupaciones. Esta coyuntura favorable coincidió con el proyecto nacionalista de desarrollo, esbozado desde el régimen cardenista continuado ahora desde la perspectiva del desarrollo industrial por Manuel Avila Camacho desde su toma de posesión en diciembre de 1940; se iniciaba de esta forma un proceso se sustitución de importaciones que habría de ser el eje de la industrialización del país.

Expulsion de los Alemanes


La migración es uno de los elementos centrales del siglo XX en la historia de Europa. El concepto de «ultranacionalismo» requiere de la homogeneidad étnica como base del orden político; ésta se convirtió en una de las más eficaces y poderosas ideologías de la época. El ultranacionalismo consideraba el desplazamiento de parte de la población europea como una metodología política legítima, racionalizando el uso de la fuerza en contra de las minorías y abocando arbitrariamente a millones de seres humanos a la persecución, discriminación, menosprecio y expulsión.
La histórica colonización alemana de la Europa del Este, que se desarrolló a lo largo de casi un milenio, dio origen a poblaciones de origen étnico alemán que se establecieron tanto en otros países como en el este de Rusia. Su existencia fue utilizada por los nacionalistas alemanes, en particular los nazis, para justificar sus demandas territoriales agresivas hacia otros países con el presunto fin de «unificar a todos los alemanes en un solo Reich» sin importar el destino de las poblaciones no alemanas, lo que llevó directamente a la invasión alemana de Polonia y la Segunda Guerra Mundial.
En general, emigrantes alemanes habían llegado a diversos puntos de la Europa Oriental desde el siglo XII cuando la cristianización de Prusia estimuló que la Orden Teutónica fundara localidades pobladas por emigrantes alemanes a lo largo de la orilla sur del Báltico, desde Pomerania hasta Lituania. De forma similar, los monarcas de la República de las Dos Naciones habían permitido desde el siglo XVI la emigración de alemanes (campesinos y pequeños comerciantes) para la ocupación de tierras arables poco pobladas. De modo parecido, los reyes de Hungría habían aceptado y estimulado la presencia de colonos alemanes en las zonas de Transilvania y Voivodina que estaban bajo su control, mientras que posteriormente la dinastía austriaca de los Habsburgo impulsó desde el siglo XVIII la llegada de comerciantes y funcionarios alemanes a todas las provincias meridionales del Imperio Austrohúngaro en los Balcanes. En Checoslovaquia, los alemanes habían colonizado territorios desde que la corona checa se uniera a los Habsburgo austriacos en la Edad Media, y esta emigración de germanos se fortaleció con la incorporación de Eslovaquia al Imperio Austrohúngaro.
Pese al influjo de emigrantes alemanes, éstos constituyeron casi siempre una minoría étnica a lo largo de la Europa Oriental, siendo que el despertar de los nacionalismos europeos en el siglo XIX y las mejoras de las condiciones de vida en la Europa Central y Occidental durante esa misma época redujeron severamente la emigración alemana en la Europa Oriental. No obstante, Pomerania, Silesia, Prusia Oriental y Prusia Occidental sí se hallaban pobladas casi totalmente por alemanes étnicos a fines del siglo XIX, en tanto dichas regiones se habían integrado en el antiguo Reino de Prusia desde el siglo XVI, mientras que las poblaciones nativas habían sido casi exterminadas o desplazadas desde hacía centurias. Estas mismas zonas se integraron en el Imperio Alemán en 1871 y fueron provincias de Alemania propiamente dicha hasta 1945.
Como la Alemania Nazi invadió Checoslovaquia primero y, posteriormente, Polonia y otras naciones europeas, algunos de los miembros de la minoría étnica alemana en los países ocupados apoyaron a las fuerzas invasoras y la posterior ocupación nazi. Estos actos causaron hostilidad de la población nativa hacia las minorías étnicas alemanas, y luego estos sentimientos serían usados como parte de la justificación de las expulsiones.
Durante la ocupación nazi de la Europa del Este, muchos de los ciudadanos de origen alemán que habitaban en los países ocupados o en los satélites del Eje solicitaron la ciudadanía alemana a través de la Deutsche Volksliste auspiciada por el Tercer Reich. Gracias a esto, algunos de ellos ocuparon puestos importantes en la jerarquía de la administración gubernamental o participaron en las acciones y crímenes de los invasores. Cuando el régimen nazi se derrumbó ante el avance del Ejército Rojo, el temor a ser objeto de represalias impulsó a estas personas a tratar de huir hacia Alemania. Numerosas fuentes alemanas, informes médicos y testimonios de los prisioneros alemanes obligados a trabajos forzosos, sostienen que algunos soldados del ejército soviético cometieron violaciones flagrantes de los derechos humanos, alegando a su vez los soldados soviéticos que sus abusos y violencias constituían una venganza justificada por los crímenes de guerra nazis en el Frente Oriental. Ciertamente, las noticias de estas atrocidades (masacres indiscriminadas, violaciones masivas de mujeres, saqueos y destrucciones) causaron oleadas de pánico entre la población que la impulsaba a huir más prontamente.

Crimenes


Una vez que Hitler accedió a la jefatura del gobierno, no tardó en autoproclamarse dictador de la nación, acumulando la presidencia del Reich y de la cancillería con el título de Reichsführer. Miles de ciudadanos contrarios al partido nazi fueron enviados a campos de concentración y se eliminó cualquier asomo de oposición. Su mayoría parlamentaria le permitió aprobar una ley que transfería al partido nazi el control de la burocracia y del sistema judicial, reemplazaba los sindicatos por un Frente del Trabajo alemán dirigido también por los nazis y prohibía todos los partidos políticos excepto el Nacionalsocialista. Las autoridades nazis tomaron el control de la economía, los medios de comunicación y todas las actividades culturales haciendo depender los puestos de trabajo de la lealtad a su ideología. Bajo el gobierno de Hitler no hubo espacios para libertades: el gobierno controló todas las partes de la vida alemana. Hitler utilizó una propaganda extensiva lavando los cerebros de la gente hasta convencerlos de la validez de su teoría de crear una raza humana nórdica y perfecta: los arios. Su objetivo final consistió en deshacerse por completo de los judíos, gitanos, de raza de color, y de minusválidos. El plan se denominó “Endlösung”, solución final.

Adolf Hitler bajo su mandato mando a millones de judios a campos de concentracion donde fueron convertidos en jaones o botones en los hornos; en total murioerin 6 millones de judios. Además, más de 80.000 masones fueron asesinados en los campos de concentración. Fueron a por ellos mucho antes que a por los judíos, tal era el odio y el miedo que el Führer tenía a los que pertenecían a esta sociedad secreta. Los miembros de la Orden tenían incluso un distintivo especial dentro de los campos, un triángulo rojo con el que se les diferenciaba de los judíos –que llevaban la tristemente famosa estrella amarilla– o de los homosexuales, a los que los nazis estigmatizaban con un triángulo rosa. Los asesinatos indiscriminados de masones durante los primeros años del régimen de Hitler dieron como resultado la práctica extinción de las logias masónicas en Alemania. Hacia 1935 –aún lejos de la Noche de los Cristales Rotos que a finales de 1938 marcaría el inicio del más gigantesco pogromo de la historia–, la masonería había sido prácticamente erradicada de Alemania. Los pocos miembros que sobrevivieron tuvieron que pasar a la clandestinidad. Las logias fueron saqueadas y sus bienes, expoliados y mostrados a la vista del público en exhibiciones antimasónicas.

Aunque los Judíos eran el principal objetivo del odio Alemán, los Nazis también persiguieron otros grupos que ellos identificaban como racial o genéticamente "inferiores". La ideología racial Nazi era impulsada por científicos que impulsaban "la crianza selectiva" (eugénicos) para "mejorar" la raza humana. Las leyes aprobadas entre 1933 y 1935 estaban enfocadas hacia la reducción del futuro número de "inferiores" genéticos mediante la creación de programas de esterilización involuntaria: cerca de 500 niños Afro-Germanos, (llamados "los bastardos de Rhineland", fueron el resultado del encuentro entre mujeres alemanas y soldados africanos de las colonias Francesas que estaban estacionados en 1920 en Rhineland, una zona desmilitarizada que los Aliados establecieron después de la Primera Guerra Mundial como un hueco entre Alemania y la Europa Occidental), así como 350,000 individuos juzgados física o mentalmente impedidos fueron objeto de procedimientos quirúrgicos o radiactivos enfocados hacia la esterilización. Aquellos que apoyaban la esterilización también argumentaban que los impedidos perjudicaban a las comunidades debido al costo que suponía sus cuidados. Muchos de los 30,000 Gitanos Alemanes fueron también esterilizados y prohibidos, junto con los Negros, de contraer matrimonio con Alemanes. Reflejando estos prejuicios tradicionales, nuevas leyes combinaron estos prejuicios tradicionales y el nuevo racismo Nazi que definía a los Judíos, por su raza, como "criminales y antisociales". Y aesinaron a los lidres de partidos opositores.

Entre 1942 y 1944, los Alemanes iniciaron la eliminación de los ghettos en la Polonia ocupada y otros territorios, deportando a los residentes de los ghettos hacia los "campos de exterminio", centros de exterminio facilitados con equipos para el manejo del gas, localizados en Polonia. Después de la reunión de los oficiales mayores del estado Alemán a finales de enero de 1942, la decisión de implementar "la solución final a la cuestión judía" se volvió una política formal de estado y los Judíos de la Europa occidental también fueron enviados a los centros de exterminio en el Este.


plan morgenthau

El llamado Plan Morgenthau fue una de las propuestas aliadas para ocupar Alemania al ser derrotado este país en la Segunda Guerra Mundial. Este plan fue propuesto por el entonces Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Henry Morgenthau Jr., y se caracterizó por la aplicación de severas medidas hacia la Alemania derrotada, cuyo objetivo era evitar que un estado alemán alcanzará suficiente poder militar para atacar a alguno de sus vecinos de nuevo. El Plan Morgenthau sería rechazado a favor de la llamada línea Oder-Neisse, que definió las actuales fronteras alemanas.

plan marshall


El plan de reconstrucción se planteó en una cumbre entre los Estados europeos participantes, que se celebró el 12 de julio de 1947. La Unión Soviética y los Estados de la Europa del Este también fueron teóricamente invitados, aunque las condiciones que se les exigió (someter su situación económica interna a controles externos e integrarse en un mercado europeo) eran obviamente incompatibles con el sistema económico y con los principios ideológicos y de propaganda del denominado socialismo realmente existente. Aun así, Moscú tuvo que ejercer su control sobre algunos países que sí habían mostrado interés (Polonia y Checoslovaquia), obteniendo su rectificación.1 El plan tuvo una vigencia de cuatro años fiscales a partir de julio del año 1947 y, durante este periodo, los Estados europeos que ingresaron en la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE) (precursora de la OCDE) recibieron un total de 13 mil millones de dólares de la época, así como servicios de asistencia técnica.2
Una vez completado el Plan, la economía de todos los países participantes, excepto la República Federal Alemana, había superado los niveles previos a la guerra y en las dos décadas siguientes, Europa Occidental alcanzó un crecimiento y una prosperidad sin precedentes. En cualquier caso, el impacto que pudo llegar a tener el Plan Marshall sobre dicho crecimiento es una cuestión muy discutida. Por otro lado, el Plan Marshall también es visto como uno de los elementos que impulsó la unificación europea, ya que creó instituciones para coordinar la economía a nivel europeo. Además de las consecuencias relacionadas directamente con la economía de los países receptores de ayudas, una consecuencia directa fue la introducción sistemática de técnicas de gestión de inspiración estadounidense.
En los últimos años, muchos historiadores han cuestionado tanto las motivaciones subyacentes como la eficacia del Plan. Algunos historiadores mantienen que los beneficios del Plan Marshall realmente procedieron de las nuevas políticas librecambistas o de laissez-faire, que permitieron estabilizar los mercados gracias al crecimiento económico.3 Así por ejemplo, la OECE, además de repartir las ayudas del Plan Marshall, promovió el libre comercio y la eliminación de barreras arancelarias.
También hay que considerar la importancia del Plan de Ayuda y Rehabilitación de las Naciones Unidas, que ayudó a millones de refugiados entre 1944 y 1947, constituyendo otro factor determinante en la fundación de las bases de la recuperación europea en la posguerra. Las valoraciones sobre el resultado del Plan Marshall suelen ser positivas, aunque también existen críticas negativas, especialmente desde el sector económico liberal, y en especial la Escuela Austríaca de Economía.